¿Por qué el aceite de oliva es bueno para el colesterol?
Tener el colesterol alto no es algo sin importancia. Las personas con este problema tienen que prestar mucha atención a su dieta y preocuparse por ingerir alimentos que mantengan a raya sus niveles de LDL (el denominado “colesterol malo”). Después de las Navidades y de sus correspondientes comilonas, conviene ser más cautos que nunca con la alimentación y elegir ingredientes saludables que compensen los excesos de estas fechas. Por eso nos parece el mejor momento para responder a la pregunta: ¿el aceite de oliva es malo para el colesterol? Después de leer este post no te quedarán dudas.
Cómo afecta el aceite de oliva al colesterol
Iremos directos al grano: muy lejos de ser malo para el colesterol, el aceite de oliva es un alimento recomendado en dietas para personas con el LDL alto. La propia Fundación Española del Corazón (FEC) reconoce que la ingesta diaria de aceite de oliva nos ayuda a proteger la salud cardiovascular gracias a su composición en ácidos grasos y por sus componentes antioxidantes, que nos protegen ante la arterioesclerosis y reducen los niveles de colesterol LDL.
Así pues, está demostrado que consumirlo regularmente ayuda a bajar los niveles de colesterol en sangre y sube los de HDL (colesterol “bueno”) gracias fundamentalmente a su alta concentración de ácido oleico y vitaminas liposolubles. ¿Sabes qué son estas sustancias y por qué ayudan a tu colesterol? Te lo contamos.
Ácido oleico
El ácido oleico es un ácido graso monoinsaturado presente, sobre todo, en aceites vegetales como el de oliva, aunque también podemos encontrarlo en otros alimentos como las nueces o el aguacate. Entre sus muchísimos beneficios está el hecho de que aumenta y activa los linfocitos del organismo, ayudando a reforzar nuestras defensas. También es eficaz para prevenir y paliar los efectos de la artritis reumatoide o para regular el metabolismo de lípidos, pero hoy nos interesa otra de sus ventajas: su capacidad para disminuir el colesterol y los triglicéridos.
Vitaminas liposolubles
Por su parte, las llamadas vitaminas liposolubles están presentes en muchos más alimentos de los que piensas. Su principal característica es que se pueden disolver en grasas y aceite, a diferencia de las hidrosolubles, que se disuelven solo en agua y por lo tanto duran menos tiempo en el cuerpo. Son vitaminas liposolubles la A, la K, la D y la E. Y aquí vienen las buenas noticias: el aceite de oliva es rico en todas ellas, especialmente en la E.
Igual que el ácido oleico, estas vitaminas tienen innumerables ventajas sobre nuestro organismo y nuestras defensas, entre ellas la de protegernos de la oxidación y reducir tanto la presión arterial como la tendencia de la sangre a formar trombos. De todo esto, no es difícil deducir que también contribuyen a la disminución del colesterol.
Beneficios del aceite de oliva sobre el colesterol y triglicéridos
Al ser un alimento rico tanto en ácido oleico como en vitaminas liposolubles, la afirmación de que el aceite de oliva es malo para el colesterol no puede ser más errónea. Más bien al contrario. Tal y como han demostrado incontables estudios científicos, y tal y como confirma la propia Fundación Hipercolesterolemia Familiar, la composición del aceite de oliva, especialmente del virgen extra, ayuda a rebajar los niveles de LDL o colesterol malo y sube los del bueno o HDL.
Es, por lo tanto, un producto apto para todo tipo de dietas que podemos (¡y debemos!) consumir a diario. Y más ahora que estamos inmersos en pleno proceso detox post fiestas.
En palabras de Leandro Pérez Plaza, ex presidente de la FEC, “este zumo de aceituna natural, considerado el oro líquido de nuestra dieta, nos aporta un alto valor nutritivo necesario para seguir una alimentación equilibrada y saludable, esencial para el correcto funcionamiento del motor principal del organismo, nuestro corazón”.
Vamos a explicarte con más en detalle cómo el aceite de oliva ayuda al colesterol.
1. Menos colesterol malo, más colesterol bueno
Hay que recordar que el colesterol como tal no es algo malo. En realidad es una sustancia necesaria para nuestro organismo, pero a lo que nos solemos referir como colesterol es al “malo” o LDL. El aceite de oliva baja este colesterol y contribuye a subir el “bueno” o HDL.
2. Se reduce la presión arterial
La forma más gráfica de imaginarse el colesterol es como cera que se va depositando poco a poco en el interior de nuestras arterias, pudiendo llegar a taponarlas y a poner en grave peligro nuestra salud. Al reducirse el colesterol, lógicamente se reduce esa tensión arterial y con ella la posibilidad de trombos y otras complicaciones.
3. Disminuye el riesgo cardiovascular
A menos colesterol, menos presión arterial. Y a menos presión arterial, menos probabilidades de sufrir enfermedades o accidentes cardiovasculares.
Por eso no es casualidad que el aceite de oliva esté considerado un alimento saludable. Su composición merece que lo incluyas como aliño recurrente en tu dieta, tengas o no colesterol. Y es que hasta la propia Agencia Europea de Segurida Alimentaria (EFSA) ha sido clara al recomendar consumir como mínimo 20 gramos diarios.
Para tu salud, mejor virgen extra
En este punto, debemos hacer un alto y aclarar algo importante: el aporte nutricional no es el mismo en todos los tipos de aceite de oliva. Un aceite virgen o virgen extra, que es el zumo 100% obtenido directamente de la aceituna y sólo mediante procedimiento mecánico, siempre preservará mejor sus propiedades originales y por eso también sus beneficios sobre tu colesterol serán mayores.
De ahí que el aceite virgen extra sea el más recomendado para consumir, tanto en crudo como cocinado, y el mejor aliño para contribuir a una buena salud cardiovascular. No más dudas sobre si el aceite de oliva es malo para el colesterol. Si buscas un alimento para llevar una vida más sana y mantener a raya tus niveles de LDL después de los excesos de la Navidad, el oro líquido es tu opción.